España jugó una primera parte anodina y con un dominio tan falso como olas de cartón. Como sigue estando en la ficha de los partidos, el delantero podría reincorporarse a la concentración, tal y como indica el reglamento de la FIFA. El fútbol hace como los westerns: pone un grupo humano en peligro para que se decanten las personalidades. Al final se ha cumplido aquello que cantaban los Rolling Stones de «el cantante, no la canción».